Antes de seguir adelante, a veces es necesario parar, respirar hondo y tomar impulso. Nunca he temido el trabajo, las horas se me pasan rápido y me siento cómoda frente al ordenador, planificando, organizando sobre todo si siento que estoy haciendo algo útil, importante. Hace justamente 1 año, surgió la necesidad de tomar una decisión que puede cambiar mi propia realidad laboral, y aunque todavía no tengo claro si será un proyecto con fecha de caducidad, a veces una misma no es suficiente, ahora mismo me encuentro en la tesitura de luchar por seguir adelante, desisto. Lo que si tengo claro es que Proyecta alc es un certamen personal que busca exponer mi forma de entender, conocer y valorar la realidad actual vinculada al medio audiovisual nacional. Una realidad que busca el fomento de la creación y la inclusión de valores a través del aprendizaje y el conocimiento del lenguaje y la narrativa audiovisual para crear contenidos vinculados con temas actuales y de interés social. Porque son justamente esos contenidos aquellos que logran calar y modificar conductas y que con el paso del tiempo pertenecen.
El público objetivo al que nos dirigimos, las nuevas generaciones, nativas digitales, como una forma de trabajar con ellos y poder modificar la opinión hacia existente hacia la cultura audiovisual y por extensión al público general. Parece una acción muy obvia, no creo que haya encontrado el punto donde está el tesoro o el cambio, pero si un trabajo al que se necesita de mucha dedicación y donde hay que superar muchas barreras y prejuicios existentes y que permanecen latentes.
Es necesario trabajar el «valor cultural» que tiene el audiovisual, evitar su pérdida. En la actualidad, la digitalización a favorecido la accesibilidad y uso de la imagen como medio de comunicación másivo, el problema es el desconocimiento de sus códigos. así como la riqueza de la propia historia del cine, en este caso hermano mayor, pues hoy los contenidos se han unificado al utilizar las mismas formas de captación. Educar debe de ser un paso importante y cada vez más tiene sentido que un mismo Ministerio se trabaje de manera conjunta Cultura y Educación aunque de momento este vínculo no existe.
Soy una enamorada del audiovisual, por ello quise estar vinculada a ella y que fuera mi profesión. Es cierto que en mi trayectoria como casi todos y con la crisis hemos sufrido altibajos y por ellos he tratado de orientarme a la gestión cultural porque me parece igual de interesante, y quizás ahí si me gusta llevar a cabo tareas de dirección. El resultado es Proyecta alc, y aunque el largometraje estará presente las principales acciones se llevarán a cabo con el cortometraje al que muestro mi apoyo incondicional. Trabajos que se hacen con dedicación, con perseverancia y en demasiadas ocasiones, casi todas, sin un sueldo acorte de la cantidad de horas dedicadas. Una historia que en un momento dado atrapa a un montón de gente. Un engranaje compuesto por un equipo de personas que pasan a ser tu familia y que todos ellos tenemos un objetivo común lograr que una historia vea la luz como una obra audiovisual. Un producto de que existe la certeza de que en la actualidad no encuentra rentabilidad en España, que quizás se puede amortizar en parte pero que es un producto que se encuentra en vías de desarrollo a pesar de que directores que han dado el salto vuelven a este formato o que somos un país reconocido en todo el mundo. Historias que son declaraciones de intenciones de la realidad y muchos con un gran valor social y donde los valores se perciben desde el primer fotograma.
A pesar de todo, la realidad en relación a este tipo de contenidos es en la actualidad muy dura. Su visibilidad se centra prácticamente y en exclusiva en los festivales que se nutren de ellos para cerrar una programación con unas cuantías en premios cada vez es menor, suponemos por el coste que supone la organización de este tipo de eventos culturales. A todo esto hay que añadir que entre las distintas categorías de festivales el pagó de un feel por selección suele ser inviable, que además, el público no tiene conciencia de pagar una entrada para ver cortometrajes y que las televisiones privadas y públicas han descartado incluir el coste en su escaleta. En España durante muchos años los cines y por ley tenían que pasar un corto antes de cada proyección de un largometraje una obligación impuesta por ley que hoy podría ser una práctica muy útil e interesante pero tiene que luchar con el rechazo de las exhibidoras, que prefieren incluir publicidad, el coste añadido que tendría para la producción por la creación de los DCP o como los espectadores pagarían por este visionado con el precio de su entrada. Con la era en Internet el corto ha pasado a ser accesible en plataformas privadas de pago pero su presencia es bastante residual o en el caso de las plataformas on-line que si los incluyen el volumen de ingresos es tan pequeño al tener que pagar el consumidor un precio que se puede considerar meramente testimonial que nunca el montante interesante podría cubrir el coste de producción teniendo en cuenta que no hay sueldos estandarizados en este tipo de producciones.
A pesar de lo negativo de este sector, que hacer un corto es caro, y que para aquellos que no entienden esta profesión la consideran una locura, es un producto que se sigue haciendo/creado, que comienza a ver nuevas salidas a través del branded content y que es un recurso fabuloso para la inclusión de valores en las aulas y para fomentar la opinión crítica. Esperemos que estos cambios den un giro en positivo y que muchas de las cuestiones que se están en estos momento analizando logren resolverse sobre todo teniendo en cuanta de que es un producto con identidad y que debe de encontrar su sitio dentro del ICAA, de la Academia y de muchas CC.AA dejando atrás la idea de ser un canal de aprendizaje para aquellos que comienzan sino conseguir una regulación para dar forma a esta industria y que pueda repercutir en los profesionales que se dedican al sector audiovisual sobre todo teniendo en cuenta de los altos costes que ha pasado a tener la producción de un largometraje.
El poder darle una nueva vida al cortometraje dentro de un contexto diferente se me antoja necesario e interesante a la vez porque es una forma de no olvidar estos trabajos después de acabar su recorrido de entre 1 o 2 años si ha tenido suerte en festivales. La pregunta ahora sería ¿Qué ha pasado con aquellos primeros cortos, eso que han hecho en ocasiones directores que pudieron con ellos dar el salto al largometraje? Porque en el pasado, esa si era una carta de presentación y los productores iban a los festivales a conocer futuras promesas. Esos también deberían verse de nuevo en un ciclo propio para dar a conocer la evolución de nuestros directores pero quizás está opción debería de ser más accesible para los estudiantes de Grado o de Cine pues al final lo que ayuda a crecer y ser un mejor profesional es ver, leer y observar la realidad y lo que han hecho otras personas en el pasado. Acontecimientos parte de nuestra historia que nos pueden permitir mejorar a nivel social, pero a pesar de todo, el hombre/mujer al nacer es como un ordenador vacío y es el entorno y los que les rodean los que les molden por esa razón además somos el único ser vivo que es capaz de caer dos veces en la misma piedra.
Buen trabajo! No debemos dejar que el mundo del audiovisual decaiga. Post muy interesante! 🙂